Capítulo 6:
-Palmer, hemos venido a decirte que esa preciosidad que tienes hay
desnuda no es como las otras zorritas que te sueles traer a casa-Dijo el chico
moreno. Uno de ellos, se agachó a coger mi ropa mientras la olía ¿qué clase de
perturbado es ese chico?
-Mike, no me toques los huevos, ¿vale? Tu, capullo, Tim, suelta esa
ropa si no quieres que te arranque la garganta de un mordisco-Estaba bastante
enfadado, juraría, que si no hubiese estado yo allí, se habrían peleado.
-William, esa chica es como nosotros, su madre es como nosotros, su
padre era humano, él no lo sabía-dijo Mike.
-¿Cómo? Perdona pero yo no soy un saco de mierda como vosotros-Will
llevaba razón, yo también los quería matar.
-Pero si la zorrita sabe hablar, claro que no eres como nosotros,
eres la mitad, así que te vienes con nosotros.
-Yo no voy a ninguna parte gilipollas.
-Oh, ya lo creo que sí- Mike dio un paso.
-Como se te ocurra mover otra pierna, te juro que te mato, ella se
queda aquí, y vosotros dos, chupa sangre, os vais, sobre todo, porque no podéis estar aquí, no es vuestro
territorio, si me apetece os puedo hacer lo que quiera y lo segundo es que
estáis molestando-Will sabía contestarles.
-Tu ganas perro, aun así, podemos ir a por ella, en la calle, en el
instituto, en su casa… En todos los sitios…
En unos segundos desaparecieron, se movían como el viento.
Él volvió conmigo de nuevo y me abrazó.
-No les hagas caso, son unos cabrones, no importa lo que seas, solo
que, esto se tiene que acabar.
-William, se que sientes algo por mi, y que no vas a dejar que eso
ocurra.
-Te quiero-me susurro al oído- y desde hace más tiempo del que
crees…
Miré sus ojos, eran tan hermosos…
-Y yo a ti.
Tal vez no mentía, a lo mejor, no podía hacer nada, que tampoco lo
iba ha hacer, que eso tenía que acabar…
-Salgamos del agua, no me encuentro bien-comentó.
-Claro-me dispuse ha salir, pero este me corto el paso.
-Espera aquí, te traeré una toalla-siguió caminando hasta salir del
agua, en ese momento corrió hacia dentro. A los pocos minutos, volvió
completamente vestido, sosteniéndola en
su mano derecha.
Salí, y me envolví en ella, hacía mucho helor. Cogí mi ropa y
entramos en su casa.
[Narra Will]
Cuando entramos en casa, la miré sonriente, era tan perfecta, la
amaba, realmente, no me importaba que fuese medio vampira, solo quería sentarla
encima de mí, y que se acurrucase y quedase dormida.
-¿Tienes aun frío?
-Bastante.
-Ven, siéntate a mi lado-nos
sentamos en el sofá, y la abracé, moviendo mis brazos por su espalda, para que
entrase en calor.
-Gracias, creo que ya estoy mejor, ¿no…..? Da igual, no es nada.
-¿Quieres cambiarte es eso?
-Si, pero da igual.
-Venga, anda, no seas tonta, te dejo algo mío.
-Gracias de nuevo-sonrió, sus labios carnosos se convirtieron en
unas finas líneas, cogí su mano y la conduje hacia mi habitación, estaba algo
desordenada, pero tampoco es que me importase mucho, seguro que la suya tampoco
estaría intacta aunque fuese una chica.
Cogí una camiseta del armario.
-Aquí tienes-Alargó su brazo para cogerla, y se la di-ahí tienes el
baño-señalé la puerta que estaba a la izquierda de mi cama.
-Me puedo cambiar aquí, si a ti no te importa…
-Claro, pues, voy fuera-tomó mi mano con sutileza.
-No hace falta, quédate aquí, es tu cuarto.
¿¡¿Se iba ha cambiar delante de mío?!?
Dejó caer la toalla al suelo, estaba de espaldas a mí, llevaba
puesto un tanga con las bandas laterales anchas, de rejilla, su sujetador era
igual que la parte de abajo, ambos negros, tenía una pequeña cinturita y unas
pequeñas caderas, no creo que pesase más de 50 kilos y midiendo 1’73 es poco
peso, pero dejemos ese tema, lo único que podía ver, era a ella desnuda,
también dejó caer su sujetador al suelo, una pequeña erección empezó a crecer.
Se giró y poco a poco se fue acercando a mí, tenía sus senos descubiertos, cada
vez, crecía más, posó mis labios con los suyos, y cada vez el beso se hacía más
y más intenso.
Bajó sus manos y me quitó la camiseta, sentía sus
pechos en mi piel desnuda, no podía aguantar más, necesitaba penetrarla ya,
hacerla mía. Se giró poniendo su espalda en mí, empecé a besar su cuello,sus gemidos, solo aumentaban mis ganas, pero, no lo podía hacer, bajé más por su cuello.